No hay otro moscardón como el nuestro, el abejorro chileno es el único de los bosques subantárticos y él único nativo que vive en sociedad*, que colabora con sus pares, tiene roles, construye nidos y produce miel.
Bombus dahlbomii es el responsable de la polinización de más de 40 plantas nativas, de nuestro emblemático copihue (L. rosea) y el hermoso amancay (A.aurea). Pero en 1998, con la idea de que ayudaría a la producción de tomates, se introdujeron a Chile cientos de reinas y colonias del abejorro europeo (B. terrestris) y en el 2006 la importación era masiva. Desde ese momento, el zumbido naranja del Dulliñ, como lo reconocen en el Walmapu, empezó a apagarse.
En Chiloé su población ha decaído más de un 90% y en el resto de Chile el número no es menos alarmante. La transmisión de parásitos exóticos parece ser la principal causa.
En 2001, se comprobó que el abejorro nativo es eficiente en la polinización de tomates, es decir, no es necesaria la importación de polinizadores, pero aún así, el estado Chileno no ha detenido la entrada del abejorro europeo.
La función de los polinizadores nativos es un proceso fundamental para la diversidad biológica y nuestro mini-panda rojo, es uno de los grandes protagonistas de esa cadena de vida. Para el pueblo mapuche su desaparición significa que sus ancestros dejarían de visitarlos, los Dulliñ son la forma en que los guerreros y caciques visitan a sus seres queridos desde el otro plano.
Hoy es una fortuna encontrarse con ellos y puedes ayudar a su conservación colaborando con el proyecto #salvemosnuestroabejorro. @abejasnativasdechile, el @iebchile e investigadores como @montalva_jose, Cecilia Smith y Víctor Hugo Monzón han unido fuerzas para salvar a este maravilloso zumbador de alas negras y cuerpo movilizador de polen.
¡Atentos al zumbido naranja!